Se cree que sus diseños y construcciones se iniciaron en 605 a. C., por orden del rey Nabucodonosor II de la dinastía caldea del Imperio neobabilónico, como muestra de amor hacia su esposa Amytis, hija de rey Ciáxares del Imperio medio
Restos:
Las excavaciones arqueológicas más recientes en la antigua ciudad de Babilonia, en el actual territorio de Irak destaparon el asentamiento del palacio. Otros hallazgos incluyen la construcción abovedada con paredes gruesas y una irrigación cerca del palacio meridional.
Un grupo de arqueólogos examinó el área meridional del palacio y rehicieron la construcción abovedada como los Jardines Colgantes. Sin embargo, el historiador griego Estrabón había indicado que los jardines estaban situados en el río Éufrates, mientras que la construcción abovedada esta alejada varios cientos de metros. Reconstruyeron el lugar del palacio y localizaron los Jardines en el área que se extendía del río al palacio.
En la orilla del río, las paredes recientemente descubiertas de 25 metros de espesor pudieron estar escalonadas en forma de terrazas, tal como las describen las referencias griegas. Sin embargo, hay pocas pruebas para cualquiera de estas teorías, pues no se menciona nada en los numerosos documentos babilónicos de la época. A comienzos del siglo XX el alemán Robert Kelldeway excavó en Babilonia. Encontró palacios, calles y ruinas de murallas. Al noroeste de la ciudad, encontró un sótano con 14 grandes habitaciones, con techos de piedra abovedados. Uno de los sótanos contenía un pozo con 3 varas hundidas en el suelo, pensando que eran del sistema de bombeo de los jardines.
También encontró cerca del río Éufrates unos gigantescos cimientos, presumiblemente de los jardines. Más tarde se creyó que era la bóveda que servía de cimientos de los jardines. Pero no se sabe cuál de los 2 cimientos que encontró fueran de los jardines.
Destrucción de la maravilla
Los jardines fueron destruidos por un incendio provocado por el rey Evemero rey Persa cuando conquisto Babilonia en el año 125 a.C.
Leyenda
Cuenta la leyenda que este rey quiso rendirle homenaje a su esposa, haciéndole un regalo que le mostrara su amor por ella, y a la vez le recordara las montañas de su tierra nativa, tan diferentes a la llanura babilónica. Y, en lugar de lo que cualquiera imagina al escuchar “jardines colgantes”, la vegetación se disponía en terrazas o balcones, sobresalía, y es justamente una mala traducción del griego kremastos la que llevó a la actual denominación de “Jardines colgantes de Babilonia”. Los jardines se construyeron llevando a la ciudad grandes rocas, que a diferencia de los ladrillos utilizados en la construcción en esa época, eran más resistentes a la humedad y erosión.
Características:
Según cuentan Los jardines estaban situados junto al palacio del Rey, precisamente al lado del río, para que los viajeros los pudieran contemplar ya que el acceso estaba prohibido al pueblo. Desde la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el cual corrían varios arroyos.
Los Jardines Colgantes de Babilonia probablemente no colgaban realmente en el sentido de estar suspendidos por cables o cuerdas. El nombre proviene de una traducción incorrecta de la palabra griega kremastos o del término en latín pensilis, que significa no justamente colgar pero si sobresalir, como en el caso de una terraza o de un balcón.
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