El enigma de la esfinge

En el camino hacia Tebas, huyendo de Corinto, Edipo se encuentra con la Esfinge. Este monstruo tenía la cabeza, la cara y las manos de doncella, la voz de hombre, el cuerpo de perro, la cola de serpiente, las alas de pájaro y las garras de león. La Esfinge se divierte planeando enigmas a los jóvenes de la ciudad. Exige la presencia de un joven cada día. A cada nuevo joven, le plantea un enigma y, si no pueden resolverlo, les mata. De esta manera, la ciudad de Tebas va perdiendo lo mejor de su población: los jóvenes, que son el futuro de la ciudad.

¿Quién es el ser, el único ser de entre todos los habitantes de la tierra, las aguas, el aire, que tiene una única naturaleza, pero posee dos pies, tres pies y cuatro pies, y es más débil cuntos más pies posee? 

Cuando aparece Edipo, la Esfinge ve una preciada presa. Le plantea su enigma:

Edipo reflexiona la respuesta. Pero su nombre ayuda, y mucho, a resolver el enigma.

En griego, dos pies se dice dípous, tres pies se dice trípous, y cuatro pies se dice tetrapous.

Edipo recibió su nombre porque tenía los pies hinchados cuando lo encontraron.

Así que Edipo resolvió el enigma. Respondió a la Esfinge: 

Es el hombre. De niño, camina a cuatro patas; con la edad adulta, camina erguido sobre dos patas; y de viejo, se ayuda con un bastón para corregir su paso embloroso.

Así venció Edipo a la Esfinge. Con la inteligencia. Gracias a su astucia.