
Se trata del más célebre de los héroes griegos, el paradigma de la virilidad y el adalid del orden olímpico contra los monstruos ctónicos. Su extraordinaria fuerza es el principal de sus atributos, pero también lo son el coraje, el orgullo, cierto candor y un formidable vigor sexual.8 Se le considera el ancestro de los Reyes de Esparta (de este modo estos caudillos dorios se legitimaban como aqueos ) y la influencia de esta polis en la Grecia Arcaica y Clásica fue una de las razones de la difusión de su leyenda y su culto, haciendo de Heracles el héroe dorio por excelencia.
Abundan los relatos mitológicos sobre él, y los más famosos son los doce trabajos. Las historias de las cuales es protagonista forman un ciclo que se desarrolló constantemente durante toda la Antigüedad, motivo por el cual es difícil hacer una exposición cronológica o siquiera coherente de ellas.
-Zeus yació con Alcmena tras adoptar la apariencia del marido de esta, Anfitrión de Tebas, que había dejado su hogar para ir a la guerra contra Atenas, y el cual regresó victorioso esa misma noche, más tarde, cuando Alcmena ya se había quedado embarazada de gemelos.
En la noche en que estaba previsto que los gemelos nacieran, Zeus juró que el niño miembro de la casa de Perseo (a la que pertenecería Heracles por vía de su supuesto padre Anfitrión) que naciera aquella noche se convertiría en un gran rey (otras versiones afirman que fue Hera la que convenció a su marido de que lo jurara, solo para después poder arrebatarle el derecho a la corona a su hijo).
Muerte:
-Heracles, que no había olvidado a Íole, levantó en armas a Tirinto (la fortaleza que había heredado de Anfitrión) y atacó a Ecalia. Mató al rey Éurito y a todos sus hijos y parientes y raptó a Íole. Para celebrar tan tamaña victoria dio un festín en el que sacrificó doce bueyes en honor a Zeus. Heracles encargó a Deyanira una túnica, pues la que llevaba estaba estropeadísima tras la lucha, y quería estar presentable en tal acontecimiento. Ésta, muerta de celos al pensar que su marido prefería a Íole, echó en la túnica la sangre de Neso, a la cual creía una pócima del amor. Sin embargo, la sangre del centauro resultó ser un veneno mortal de devastadores efectos. En cuanto el héroe se puso la túnica, notó que su piel se quemaba. Intentó quitársela, pero el veneno se había pegado a su piel. Creyéndolo el autor de la fechoría, cogió por los pies a Licas, el sirviente que le había traído la túnica por orden de Deyanira, y lo arrojó al mar. Cuando Deyanira se enteró de lo que realmente había hecho, se suicidó ahorcándose (otras versiones afirman que se apuñaló en el pecho). Sin embargo, el veneno no mató al héroe, pero le produjo tal dolor que él mismo pidió que lo mataran para terminar con su agonía.
Su sobrino, amigo y compañero de aventuras Yolao prendió la pira (según otras versiones fue Filoctetes, o Poeas) en la que Heracles murió abrasado, vistiendo las pieles del león de Nemea por encima de la túnica envenenada.
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