Heracles se encontró con dos hermosas mujeres, con quienes conversó y confesó que iba en busca de aventuras. Cada una de las mujeres, Arete (Virtud) y Kakia (Vicio), le ofreció ser su guía, pero el tenía que elegir a quien prefería seguir. Kakia le ofreció riquezas, holgura y amor; mientras Arete le advirtió que si la seguía debía luchar incesantemente contra el mal, innumerables momentos difíciles y duros y pasar sus días en la pobreza. Heracles permaneció en silencio, pensando un momento en los dos ofrecimientos tan diferentes, y después recordando las enseñanzas de su tutor Quirón, se levantó y volteando hacia Arete le dijo estar listo para obedecer cualquier orden de ella. Heracles se dirigió por el camino que le señaló Arete, y llevó a cabo todas las tareas que le asignó, liberando a los oprimidos, defendiendo a los débiles y corrigiendo todo el mal. Su locura En recompensa por todas estas acciones, recibió la mano de Megara, hija de Creón, rey de Tebas. Tuvieron 3 hijos, los llamados Alcides. Pero Hera no estaba satisfecha de ver a Heracles llevando una vida próspera y pacífica, y lo volvió loco. Mató a sus hijos, confundiéndolos con enemigos y después los echó al fuego. Según algunos también mató a su esposa.
Los Doce Trabajos Cuando recobró la razón, se alejó a las motañas por varios días, sufriendo remordimientos y dolor por los crímenes que cometió.
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